Competition in this pair is now closed, and the winning entry has been announced. Discussion and feedback about the competition in this language pair may now be provided by visiting the "Discussion & feedback" page for this pair. Entries may also be individually discussed by clicking the "Discuss" link next to any listed entry. Source text in Russian ... Издали, в лесном коридоре, оно показалось веселое и нарядное, сияющее необыкновенно чистой и ровной желтизной. Я подошел поближе: это было заброшенное поле, давно не паханное и не сеянное, и теперь густо заросшее какими-то невысокими растениями-кустиками. От них вдруг дохнуло приятным горьковато-цветочным ароматом. «Да это сурепка, — вспомнил я когда-то читанный ботанический атлас, — что-то вроде сорняка...».
Свежий ветер пробежал над живым ковром, все поле заиграло и запереливалось золотистыми волнами, которые докатывались до затененной солнцем стены леса, образуя удивительный контраст темно-зеленого и ярко-желтого. «Будто драгоценная чаша в малахитовой оправе» — мелькнуло сравнение.
Высоко в знойном июньском небе парил коршун. Жара предвещала грозу. Над западной частью горизонта уже темнела громадная туча, набухая дождем. И только в зените неровные, быстро смещающиеся края облаков ослепительно сверкали расплавленным серебром, источая нестерпимый свет. Ветер усиливался, все соцветия сурепки быстро раскачивались, будто исполняя какой-то экзотический танец.
Звенело, страстно и не переставая, множество невидимых глазу жаворонков. Будто перед грозой пели и цветы, и лес, и это далекое от человеческих селений поле. Но вот теплые серые комочки упали откуда-то с неба и зависли над кустиками золотистой сурепки. Некоторые жаворонки вились над самым полем, перепархивая от цветка к цветку и наполняя окраину неумолчным пилением. Другие, часто трепеща крылышками, поднимались вертикально и зависали метрах в четырех-пяти над землей и также громко славили жизнь.
Предгрозовые облака громоздились по всему небу, кое-где иссиня-розоватые, будто раскаленные изнутри, и я увидел, что над лесом осталось лишь небольшое голубоватое окно, из которого прямым широким водопадом прорывались к земле лучи, заливая теплым мягким светом все летнее благоухающее цветение. А в напряженном, наполненном электричеством воздухе беззвучно бушевала метель из летящего вокруг осинового пуха. Но вот где-то оглушительно ударил гром, и первые крупные капли дождя шумно хлестанули по золоту цветов сурепки. В тот миг, когда пришел ливень, вдруг показалось, что вся живая природа свободно и облегченно вздохнула, что все деревья, растения, птицы и звери обрадовались сверкающему, всполошному, сотканному из толстых водяных струй, дождю.
До нитки промокший, один среди затуманенного и вдруг притихшего, словно бы придавленного стихией поля, я также молча наслаждался упоительным счастьем человека, которому один, от силы два раза в году дано увидеть и ощутить прекрасное смятение в природе. | The winning entry has been announced in this pair.There were 3 entries submitted in this pair during the submission phase. The winning entry was determined based on finals round voting by peers.
Competition in this pair is now closed. | A lo lejos, un hermoso resplandor del más puro y uniforme color amarillo, ponía un toque alegre y festivo en el corredor del bosque. Cuando me acerqué, vi que se trataba de un campo abandonado que no había sido cultivado por años, en el cual ahora proliferaban en toda su extensión unos pequeños arbustos que repentinamente comenzaron a exhalar un agradable aroma floral de leve amargor. Es colza silvestre – me dije, recordando lo que había leído años atrás en un atlas de Botánica – una especie de maleza. El viento fresco sopló sobre la alfombra viviente y todo el campo comenzó a mecerse en radiantes olas doradas que avanzaban hasta la parte sombreada del bosque para crear un fascinante contraste entre el verde oscuro y el amarillo intenso, evocando la imagen de una fuente de oro puro ribeteada en malaquita. En lo más alto del tórrido cielo de junio planeaba un halcón y el calor intenso anunciaba la tormenta. En el poniente, sobre el horizonte ya se oscurecía una enorme nube colmándose de lluvia. Solamente escasas nubes blancas, de formas irregulares y cambiantes, refulgían en el cenit como plata fundida en un insoportable derroche de luz. El viento se hizo más fuerte y todas las flores de colza se balancearon al unísono con gran rapidez como ejecutando una danza exótica. Una multitud de alondras ocultas trinaba constantemente con tal vehemencia que diríase que las flores, el bosque y este campo, apartado de los asentamientos humanos, cantaban todos a una voz aguardando la tempestad. De alguna parte del cielo se habían desprendido unos cálidos grumos grises que colgaban sobre la colza dorada. Algunas alondras volaban en círculos sobre el campo o revoloteaban de flor en flor invadiendo el entorno con su persistente canto. Otras, batiendo las alas sin cesar, se elevaban en dirección vertical para quedarse suspendidas a cuatro o cinco metros del suelo y cantar con todas sus fuerzas loas a la vida. Por todo el cielo se acumularon las nubes precursoras de la tormenta, tomando aquí y allá extrañas tonalidades azules con reflejos rosáceos, como si estuvieran ardiendo por dentro y entonces vi que sobre el bosque apenas quedaba una pequeña ventana azulada por la cual se precipitaba hacia la tierra una amplia cascada de rayos que cubría con su cálida luz toda la aromática floración estival. Un silencioso remolino de pelusa de álamo se desencadenaba en el aire tenso, saturado de electricidad. Entonces, un trueno retumbó no se sabe dónde y las primeras gotas de agua golpearon fuerte y estrepitosamente sobre el áureo manto de la colza. En ese instante, al comenzar el aguacero, fue como si de pronto toda la naturaleza viva hubiese comenzado a respirar con alivio gozando de plena libertad y todos los árboles, arbustos, aves y fieras del bosque se regocijasen bajo la lluvia, brillante y convulsa, urdida con gruesos hilos de agua. Empapado hasta los huesos, solo en medio de aquel campo nublado y súbitamente silencioso, como aplastado por la furia de los elementos yo disfrutaba también en silencio de la embriagadora felicidad que experimenta el hombre que tal vez una, o a lo sumo dos veces al año, goza del privilegio de presenciar y sentir una extraordinaria perturbación en medio de la naturaleza. | Entry #22255 — Discuss 0 — Variant: Not specifiednone
Winner Voting points | 1st | 2nd | 3rd |
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28 | 6 x4 | 1 x2 | 2 x1 |
- 1 user entered 3 "dislike" tags
por | Spelling "durante" o "desde hacía años" o "en", pero no "por" | Carolina Negel No agrees/disagrees | |
o | Spelling falta una coma después de "elementos" | Carolina Negel No agrees/disagrees | |
| … De lejos, en el corredor del bosque, parecía alegre y elegante, brillando en un tono amarillo inusualmente claro y uniforme. Me acerqué… era un campo abandonado, hace mucho sin arar ni cultivar, ahora estaba densamente cubierto por algunas plantas bajas, arbustos. De ellas repentinamente emanaba un agradable aroma amargo - floral. "Sí, es colza – me dije, recordando el alguna vez leído atlas botánico - algo así como una mala hierba...". Un viento fresco corrió sobre la alfombra viviente y todo el campo comenzó a jugar y desbordarse en olas doradas que se desplazaban hasta las paredes del bosque, ensombrecidas por el sol, formando un sorprendente contraste entre verde oscuro y amarillo brillante. "Como una vasija preciosa en un marco de malaquita" – al instante, surgió la comparación. Arriba, en el caluroso cielo de junio, volaba un milano. El calor anunciaba una tormenta. Sobre el horizonte, al poniente, ya oscurecía una enorme nube cargada de lluvia. Solo en el cenit los bordes irregulares entrelazados de unas nubes brillaban con un resplandor de plata fundida, irradiando una luz deslumbrante. El viento tomaba fuerza y todas las flores de colza se balanceaban rápidamente, como ejecutando alguna danza exótica. Zumbaba, con pasión y sin cesar, un grupo de alondras invisibles. Era como si ante la tormenta cantaran las flores, el bosque y este campo alejado de cualquier población humana. Entonces, unos cuerpecillos grises y cálidos cayeron desde algún lugar en el cielo y se colgaron sobre los dorados arbustos de colza. Algunas alondras revoloteaban por encima del campo saltando de flor en flor y llenando los alrededores de un murmullo incesante. Otras, batiendo velozmente sus alitas, se alzaban a cuatro o cinco metros sobre la tierra y, también, en voz alta ensalzaban la vida. Las nubes que presagiaban la tormenta se agrupaban por todo el cielo, en algunos sitios con un matiz azul rosáceo, como incandescentes por dentro, y vi que sobre el bosque quedaba sólo una ventana azulada desde la cual, en una amplia cascada rectilínea, caían los rayos del sol a la tierra, regando con una luz suave y cálida el fragante jardín estival. En el tenso aire, cargado de electricidad, silenciosamente se desataba una furiosa ventisca de pelusas de álamo temblón. Entonces, en algún lugar retumbó un ensordecedor trueno y las primeras grandes gotas de lluvia ruidosamente golpearon las flores doradas de la colza. En el instante en que llegó el aguacero, de repente pareció que toda la vida silvestre suspiró libre y aliviada; que todos los árboles, plantas, aves y animales recibían con alegría esta lluvia entretejida por inquietos, gruesos y brillantes chorros de agua. Empapado hasta los huesos, solo en medio de un borroso y repentinamente tenue campo, cual si le hubiese aplastado la tormenta, también yo, en silencio, disfrutaba de la embriagante felicidad del hombre que una vez al año, o a lo sumo dos, tiene la oportunidad de ver y sentir una maravillosa conmoción en la naturaleza. | Entry #22279 — Discuss 0 — Variant: Latin Americanlatesl
Voting points | 1st | 2nd | 3rd |
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17 | 2 x4 | 4 x2 | 1 x1 |
- 1 user entered 1 "dislike" tag
Zumbaba | Spelling no sé si pueden zumbar las alondras | Carolina Negel No agrees/disagrees | |
| … Desde lejos, se mostraba alegre y gallardo, resplandeciente de un amarillo extraordinariamente puro y parejo. Me acerqué aún más: era un campo abandonado, que por mucho tiempo no había sido labrado ni sembrado y ahora estaba espesamente invadido por unas plantas arbustivas no muy altas. De repente, emanaron un agradable aroma amargamente floral. “Se trata de barbareas – recordé un atlas botánico que leyera alguna vez, – alguna especie de barbarea”. Una suave brisa soplaba sobre el tapiz viviente, comenzaba a agitarse y a convertirse en olas doradas que llegaban rodando hasta las paredes del bosque, oscurecidas por el sol, formando un contraste maravilloso entre el verde oscuro y el amarillo brillante. “Como una copa preciosa con incrustaciones de malaquita” – me vino a la mente la comparación. Alto en el cielo bochornoso de junio planeaba un milano. El calor presagiaba tormenta. En la parte occidental del horizonte ya se mostraba, oscuro, un enorme nubarrón hinchado de lluvia. Sólo en el cenit los desiguales bordes de las nubes que se desplazaban rápidamente centelleaban cegadoramente con su plata fundida, destilando una luz irresistible. El viento se intensificaba, todos los ramilletes de barbareas se balanceaban velozmente, como si practicasen alguna danza exótica. Resonaba, apasionadamente y sin cesar, una multitud de alondras, inmóviles a la vista. Como si ante la tormenta cantasen también las flores y el bosque y aquel campo lejano de toda población humana. Pero he aquí que las cálidas motas grises caían desde algún punto del cielo y quedaban suspendidas sobre los arbustitos de doradas barbareas. Algunas alondras estaban suspendidas sobre el campo, revoloteando de flor en flor y llenando el lugar con su aserradura incesante. Otras, agitando frecuentemente sus alitas, se elevaban verticalmente y quedaban suspendidas a cuatro o cinco metros sobre la tierra, y también glorificaban la vida sonoramente. Las nubes previas a la tormenta se amontonaban por todo el cielo, en algunas partes de un color rosa azulado, como si fuesen incandescentes en su interior, y vi que sobre el bosque quedaba sólo una pequeña ventana celeste, por la que los rayos se vertían sobre la tierra, como una recta y ancha catarata, derramando su suave luz cálida a toda la aromática floración estival. Y en el aire tenso, cargado de electricidad, se desencadenaba, sin ruido, una ventisca de plumón de álamo temblón que volaba en círculo. De repente, en algún lugar resonó, ensordecedor, un trueno, y las primeras y grandes gotas de lluvia fustigaron el oro de las flores de las barbareas. En el instante en que comenzó el aguacero se pudo ver, de golpe, que toda la naturaleza viva respiró libre y aliviada, que todos los árboles, las plantas, las aves y los animales salvajes se alegraban por la lluvia que centelleaba y sobresaltaba, entretejida de gruesos chorros de agua. Calado hasta los huesos, solo en medio del campo nublado y de repente apaciguado, como agobiado por los elementos, yo también disfrutaba en silencio de la embriagadora alegría humana que se tiene una o, como mucho, dos veces por año, de ver y sentir la hermosa confusión de la naturaleza. | Entry #21707 — Discuss 0 — Variant: Not specifiednone
Voting points | 1st | 2nd | 3rd |
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14 | 1 x4 | 3 x2 | 4 x1 |
- 1 user entered 1 "like" tag
bochornoso | Flows well me parece que es el término correcto | Carolina Negel No agrees/disagrees | |
- 1 user entered 3 "dislike" tags
barbarea”. | Spelling "сорняк" : точнее "yuyo", "maleza" | Gospozhaudacha No agrees/disagrees | |
tapiz | Spelling "tapiz" lo cambiaría por "manto", "alfombra" | Gospozhaudacha No agrees/disagrees | |
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